domingo, 2 de agosto de 2009

ISAAC ASIMOV



El escritor Isaac Asimov (1920–1992) siempre tuvo muy clara una cosa: nunca ganaría el Premio Nobel de Literatura. “Para empezar”, decía, “ningún escritor de ciencia ficción lo ha ganado, así que no hay razón para pensar que cambiará esa tendencia”. Además, el jurado calificador privilegia por sobre todas las cosas la forma de una obra, algo que a Asimov le importaba poco menos que nada.

Es sabido que el autor de Anochecer —quien el pasado viernes cumplió 15 años de fallecido— no revisaba sus textos, pues consideraba que era una pérdida de tiempo. En lugar de atormentarse viendo un posible error, prefería seguir escribiendo. Asimov aplicó este principio y vaya que le funcionó. Su numeralia no miente: es autor de más de 500 libros de los más diversos temas: Astronomía, Física, Biología, Matemáticas, Historia, Religión, Mitología, Humor y Ciencia Ficción. Pero de las miles de ideas que Asimov —que ante todo era científico y divulgador— desarrolló durante su carrera, una logró cautivar a los lectores y al ámbito científico por igual: los robots. Es cierto que el tema ya había sido abordado en algunas novelas y películas, sin embargo, siempre de una forma bastante predecible: como máquinas malignas que buscaban esclavizar a los pobres e indefensos humanos. Fue Asimov uno de los autores que propuso un cambio al respecto. Con la formación científica que tenía, era lógico que viera en los robots aliados, más que enemigos. Así lo pone de manifiesto en su ensayo Los sueños de la ciencia ficción en donde coloca a los robots como el quinto sueño de una lista de 28. Su opinión al respecto era que los robots, además de realizar las tareas pesadas y peligrosas, con el tiempo serían más inteligentes y tendrían una apariencia más humana, lo que les permitiría ser, además de sirvientes, amigos. “A lo largo de la historia” —apunta Asimov— “los seres humanos han usado a los animales y a otros seres humanos para realizar las tareas físicas más pesadas. Ahora las máquinas han remplazado al músculo en muchos casos, pero ¿por qué no desarrollar máquinas que imiten la versatilidad de los humanos y también su apariencia? “Los robots pueden ser los nuevos sirvientes. De tener forma humana, podrían hacer uso de toda la gama de herramientas tecnológicas concebidas para los seres humanos, y si fueran suficientemente inteligentes podrían ser incluso amigos”.

En una serie de cuentos que Asimov publicó en 1939, así como en su emblemática novela Yo, robot —en la que publicó sus Leyes de la Robótica— queda claro su convicción de que los robots y los humanos pueden llegar a formar una verdadera alianza. Es verdad. El manejo que los hombres hagan de los avances científicos y tecnológicos es otro asunto. CERTEZA. Ahora, a 17 años de la muerte de Asimov (6 de abril de 1992 a causa de sida), sus ideas son ya una realidad. Muestra de ello es ASIMO, robot creado en 1986 por la empresa Honda como un homenaje al prolífico escritor. En aquel año, se trataba de poco menos que un prodigio que podía caminar sobre sus dos piernas, aunque no lograba mantenerse en pie durante mucho tiempo. Las nuevas versiones muestran a un ASIMO más ágil que puede subir escaleras y hasta jugar futbol. Todavía no es capaz de llevar una conversación de manera fluida, no obstante no tardará mucho tiempo para que esto suceda. De eso no hay duda. También son una realidad los robots que además de haber sido creados para limpiar y barrer, sirven de compañía para los ancianos.Asimov tenía razón. Nuestros amigos metálicos vienen en camino; se oyen sus pisadas metálicas. Están a la vuelta de la esquina...Las Tres Leyes de la Robótica En 1950, en plena Guerra Fría, Isaac Asimov publicó su novela Yo, robot que le valió al autor una popularidad inmediata. En esa obra integró las ahora famosas Tres Leyes de la Robótica que condicionan la relación que estos seres llevarán con los humanos. Dicen así:


1) Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que peligre su vida.


2) Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.


3) Un robot debe salvaguardar su propia existencia, siempre y cuando esto no implique entrar en conflicto con la Primera y Segunda Ley.


Asimov explicaba que las Tres Leyes fueron creadas por John W. Campbell en una conversación que mantuvieron ambos el 23 de diciembre de 1940. A su vez, Campbell señalaba que él las extrajo de algunos relatos de Asimov y de varias conversiones que mantuvieron juntos, que lo único que había hecho era redactarlas, dándole todo el mérito a Asimov. La leyes fueron bien recibidas por los lectores de ciencia ficción que se convirtieron en un referente obligado para los demás escritores del género. Incluso para algunos países como Corea del Sur que adoptará el primer código ético para robots del mundo y así evitar abusos por parte de los humanos.

Fuente: Diario La Crónica de México



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