Científicos mexicanos trabajan en el robot "Mexone", un humanoide que ya está construido de pelvis hacia arriba y que podrá aprender por experiencia a caminar, subir escaleras e incluso "jugar al póker", como bromearon hoy sus creadores.
"Mexone" es el robot de su tipo más avanzado en Latinoamérica, según los científicos mexicanos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
Autónomo y liviano, es capaz de mover y girar sus extremidades y articulaciones en casi 40 grados, además de sostener una baraja de cartas y muchos otros objetos con sus dedos, inspirados en los de los primates.
En conferencia de prensa, Eduardo Bayro, investigador del Cinvestav, explicó que a pesar de todos estos avances la principal aportación de "Mexone" reside en el software de su inteligencia artificial, muy adelantado y basado en prototipos que abaratan de forma notable sus costos frente a otros robots similares.
Parecido a lo que sucede con el sueño humano, "Mexone" almacenará durante su desconexión la información que acumuló en su actividad, y será capaz de recuperarla y gestionarla una vez encendido.
Ello, combinado con las dos cámaras que conforman su visión, abre un mundo de posibles aplicaciones, entre las que figuran la ayuda a personas invidentes, señaló Bayro.
"Mexone" es una sorpresa en el panorama de la robótica mexicana, aún poco explotada, y compite fuertemente en rentabilidad y características con robots de firmas como Sony y Honda, dijo.
Su costo de producción, estimado en unos 100 mil dólares, es más de quince veces inferior al de otros humanoides e incorpora capacidades más avanzadas, como dedos controlables y plantas con sensores que le ayudarán a caminar con naturalidad.
Las extremidades inferiores del robot, que se desarrollan en la ciudad estadounidense de Boston, otorgarán a "Mexone" un metro y medio de altura y permitirán sostener sus once kilos de peso.
Además, las piernas pueden contribuir al mundo de las prótesis y la rehabilitación de personas amputadas, añadió el investigador.
Bayro elogió el abanico de posibilidades a largo plazo que permite "la arquitectura abierta" de este proyecto, el cual comenzó hace un año en la unidad del Cinvestav en la ciudad de Guadalajara, en el oeste de México.
Fuente:
www.milenio.com